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Espacio para respirar
Majestuosos, elegantes e icónicos, los grandes felinos se encuentran entre las especies más reconocidas y veneradas del reino animal. Para proteger a estos superdepredadores en una época de crecientes amenazas, los científicos y conservacionistas están trabajando para darles a estos emblemáticos felinos más espacio para deambular, asegurando corredores críticos para la vida silvestre y promoviendo la coexistencia con las comunidades.
Por: Kirsten Weir
La vida silvestre depende de hábitats saludables que se extiendan sin fragmentación. Esto es especialmente cierto en el caso de los grandes felinos. Como depredadores tope de sus ecosistemas, especies como los leones de África, los tigres y leopardos de las nieves de Asia y los jaguares de América necesitan vastos territorios para cazar presas y encontrar pareja; pero estas grandes extensiones de hábitat conectado están amenazadas o desapareciendo por completo.
Desde caminos y vallas hasta granjas y canales, la actividad humana y la infraestructura a menudo obstaculizan los movimientos de los grandes felinos. Abandonados en islas de hábitat cada vez más pequeñas, pueden carecer de suficiente alimento o no encontrar pareja, lo que hace que se aíslen genéticamente y se vuelvan endogámicos. Y a medida que sus hábitats se fragmentan cada vez más, es más probable que los carnívoros se crucen con personas y ganado, lo que aumenta el riesgo de matanzas en represalia y caza furtiva.
"En el mundo actual, gran parte del paisaje ha sido destruido por la actividad humana", dice Dale Miquelle, coordinador del Programa de Tigres de la Wildlife Conservation Society, un socio de WWF. "El truco para la conservación de los grandes felinos es descubrir cómo unir esos fragmentos de hábitat para crear un área más grande en la que los grandes felinos puedan moverse y reproducirse".
Con proyectos en paisajes clave, WWF actúa para mantener la conectividad de los grandes felinos a través de un conjunto de esfuerzos interrelacionados: gestionar áreas protegidas y al mismo tiempo restaurar y salvaguardar los corredores críticos de vida silvestre entre ellas; colaborar con gobiernos y otros socios para garantizar que los hábitats conectados permanezcan intactos; y apoyar a las comunidades para implementar enfoques integrados y holísticos que ayuden a las personas y los grandes felinos a coexistir.
Es un trabajo grande, pero cada vez hay más gente dispuesta a ayudar, dice Robin Naidoo, científico principal de vida silvestre de WWF. Para guiar el trabajo, él y un equipo de colegas desarrollaron recientemente un índice que mide el grado de conectividad ecológica de los grandes mamíferos entre cada una de las áreas terrestres protegidas del mundo, lo que permite a los conservacionistas y responsables de políticas concentrar recursos en lugares donde la conectividad está en mayor riesgo.
Estos vínculos son vitales no sólo para la supervivencia continua de los grandes felinos, sino también para el equilibrio de los ecosistemas en general. Por ejemplo, para prosperar, los jaguares necesitan hábitats en pleno funcionamiento con una base saludable de presas, vida vegetal diversa para sustentar a esa presa y fuentes de agua confiables. Cuando esos hábitats están protegidos y bien conectados, muchos otros seres vivos, incluidas las personas con quienes comparten el paisaje, también se benefician.
"Los grandes felinos son una especie de indicador de nuestra capacidad para vivir con la naturaleza". dice Kate Vannelli, directora de la Iniciativa Vivir con Grandes Felinos de WWF. "Si la gente puede vivir junto a los grandes felinos en un estado de coexistencia, entonces vamos en una buena dirección para toda la naturaleza”. —Kirsten Weir
La vida silvestre depende de hábitats saludables que se extiendan sin fragmentación. Esto es especialmente cierto en el caso de los grandes felinos. Como depredadores tope de sus ecosistemas, especies como los leones de África, los tigres y leopardos de las nieves de Asia y los jaguares de América necesitan vastos territorios para cazar presas y encontrar pareja; pero estas grandes extensiones de hábitat conectado están amenazadas o desapareciendo por completo.
Desde caminos y vallas hasta granjas y canales, la actividad humana y la infraestructura a menudo obstaculizan los movimientos de los grandes felinos. Abandonados en islas de hábitat cada vez más pequeñas, pueden carecer de suficiente alimento o no encontrar pareja, lo que hace que se aíslen genéticamente y se vuelvan endogámicos. Y a medida que sus hábitats se fragmentan cada vez más, es más probable que los carnívoros se crucen con personas y ganado, lo que aumenta el riesgo de matanzas en represalia y caza furtiva.
"En el mundo actual, gran parte del paisaje ha sido destruido por la actividad humana", dice Dale Miquelle, coordinador del Programa de Tigres de la Wildlife Conservation Society, un socio de WWF. "El truco para la conservación de los grandes felinos es descubrir cómo unir esos fragmentos de hábitat para crear un área más grande en la que los grandes felinos puedan moverse y reproducirse".
Con proyectos en paisajes clave, WWF actúa para mantener la conectividad de los grandes felinos a través de un conjunto de esfuerzos interrelacionados: gestionar áreas protegidas y al mismo tiempo restaurar y salvaguardar los corredores críticos de vida silvestre entre ellas; colaborar con gobiernos y otros socios para garantizar que los hábitats conectados permanezcan intactos; y apoyar a las comunidades para implementar enfoques integrados y holísticos que ayuden a las personas y los grandes felinos a coexistir.
Es un trabajo grande, pero cada vez hay más gente dispuesta a ayudar, dice Robin Naidoo, científico principal de vida silvestre de WWF. Para guiar el trabajo, él y un equipo de colegas desarrollaron recientemente un índice que mide el grado de conectividad ecológica de los grandes mamíferos entre cada una de las áreas terrestres protegidas del mundo, lo que permite a los conservacionistas y responsables de políticas concentrar recursos en lugares donde la conectividad está en mayor riesgo.
Estos vínculos son vitales no sólo para la supervivencia continua de los grandes felinos, sino también para el equilibrio de los ecosistemas en general. Por ejemplo, para prosperar, los jaguares necesitan hábitats en pleno funcionamiento con una base saludable de presas, vida vegetal diversa para sustentar a esa presa y fuentes de agua confiables. Cuando esos hábitats están protegidos y bien conectados, muchos otros seres vivos, incluidas las personas con quienes comparten el paisaje, también se benefician.
"Los grandes felinos son una especie de indicador de nuestra capacidad para vivir con la naturaleza". dice Kate Vannelli, directora de la Iniciativa Vivir con Grandes Felinos de WWF. "Si la gente puede vivir junto a los grandes felinos en un estado de coexistencia, entonces vamos en una buena dirección para toda la naturaleza”. —Kirsten Weir
JAGUARES
Los jaguares deambulan por una amplia gama de hábitats, desde bosques tropicales y humedales hasta manglares, sabanas y desiertos. Su territorio se redujo en un 20% entre 2002 y 2015; la mayoría vive ahora en el Selva amazónica y el Pantanal.
Los paisajes propicios para los jaguares están en peligro debido a la ganadería y la expansión agrícola, que impulsan la deforestación y han provocado la disminución de las presas de los grandes felinos.
Los paisajes propicios para los jaguares están en peligro debido a la ganadería y la expansión agrícola, que impulsan la deforestación y han provocado la disminución de las presas de los grandes felinos.
© Staffan Widstrand / WWF
Para los mayas, los jaguares eran los espíritus compañeros de los reyes y una importante figura mitológica. Hoy en día, estos grandes felinos siguen siendo un símbolo de poder en América, donde se distribuyen por 18 países, desde México hasta Argentina. Lamentablemente, los jaguares han sido expulsado de casi la mitad de su distribución original, y las cifras están disminuyendo en casi todos los lugares donde se encuentran. La pérdida y fragmentación del hábitat son las principales amenazas para los felinos más grandes en el hemisferio occidental, dice Rafael Antelo, quien lidera Wildlife Connect, una iniciativa conjunta (lanzada por WWF, el Centro para la Conservación del Gran Paisaje, el Grupo de Especialista en Conservación de la Conectividad de la UICN y otros socios) para proteger, gestionar, y restaurar la conectividad ecológica en grandes paisajes alrededor del mundo.
Uno de esos paisajes es la vasta región del Pantanal-Chaco (PACHA) de América del Sur, que se extiende por Argentina, Bolivia, Paraguay y Brasil. Abarcando tanto el Pantanal, el humedal más grande del mundo, como el Gran Chaco, un rico hábitat de bosques secos,. PACHA se extiende por algo más de 1 millón de Km2 y constituye un ecosistema único que sustenta una abundante y diversa vida silvestre. También tiene algunas de las tasas de deforestación más altas del mundo, causadas en gran medida por la conversión de tierras para la agricultura y la producción ganadera. Como resultado, sus corredores críticos para los jaguares están amenazados.
En PACHA y más allá, la supervivencia del jaguar depende de la cadena de corredores biológicos que permite que diferentes poblaciones se entremezclen y se reproduzcan, salvaguardando su diversidad genética. Pero la conectividad ecológica se presenta de diferentes formas, explica Antelo. La conectividad estructural existe cuando un hábitat está físicamente intacto. La conectividad funcional describe qué tan bien un hábitat facilita los movimientos de los animales. "Un bosque en el que los jaguares son cazados regularmente puede estar conectado estructuralmente", dice, "pero funcionalmente no sirve para que los felinos se muevan".
Para mejorar la conectividad estructural, WWF y sus socios trabajan con la población local para proteger y restaurar corredores de vida silvestre entre paisajes prioritarios. Esto incluye colaborar con agricultores y ganaderos para implementar prácticas agrícolas libres de deforestación y apoyar a las comunidades indígenas para desarrollar productos forestales no maderables que reduzcan la presión sobre los hábitats degradados y al mismo tiempo creen oportunidades económicas. Y debido a que los jaguares dependen de un laberinto interconectado de vías fluviales para alimentarse y navegar entre sus hábitats principales, la iniciativa Ríos de Flujo Libre de WWF identifica soluciones hidroeléctricas que benefician a las comunidades y al mismo tiempo mantienen la conectividad acuática que los jaguares necesitan.
Asegurar la conectividad funcional también es clave en una región donde los ganaderos a veces matan jaguares en represalia por depredar al ganado. Para reducir el conflicto entre humanos y jaguares, WWF alienta a los ganaderos a adoptar varias medidas que puedan proteger mejor al ganado de los depredadores: instalar cercas eléctricas, ubicar pastizales estratégicamente o cambiar el ganado vacuno por búfalos, que son más capaces de defenderse.
En algunas áreas, WWF ayuda a las comunidades a desarrollar el ecoturismo basado en el jaguar, lo que brinda a la población local otra razón para proteger el hábitat de los grandes felinos. Pero salvaguardar los corredores de jaguares en PACHA es sólo una parte de una estrategia integral a nivel continental, dice Sandra Petrone Mendoza, líder de conservación de jaguares en WWF-México.
"Nuestro objetivo final es tener un corredor de jaguares conectado desde México hasta Argentina", dice. “América Latina no puede darse el lujo de seguir perdiendo nuestros ecosistemas vitales. Los jaguares pueden ayudarnos a defender la recuperación de la naturaleza”.
Uno de esos paisajes es la vasta región del Pantanal-Chaco (PACHA) de América del Sur, que se extiende por Argentina, Bolivia, Paraguay y Brasil. Abarcando tanto el Pantanal, el humedal más grande del mundo, como el Gran Chaco, un rico hábitat de bosques secos,. PACHA se extiende por algo más de 1 millón de Km2 y constituye un ecosistema único que sustenta una abundante y diversa vida silvestre. También tiene algunas de las tasas de deforestación más altas del mundo, causadas en gran medida por la conversión de tierras para la agricultura y la producción ganadera. Como resultado, sus corredores críticos para los jaguares están amenazados.
En PACHA y más allá, la supervivencia del jaguar depende de la cadena de corredores biológicos que permite que diferentes poblaciones se entremezclen y se reproduzcan, salvaguardando su diversidad genética. Pero la conectividad ecológica se presenta de diferentes formas, explica Antelo. La conectividad estructural existe cuando un hábitat está físicamente intacto. La conectividad funcional describe qué tan bien un hábitat facilita los movimientos de los animales. "Un bosque en el que los jaguares son cazados regularmente puede estar conectado estructuralmente", dice, "pero funcionalmente no sirve para que los felinos se muevan".
Para mejorar la conectividad estructural, WWF y sus socios trabajan con la población local para proteger y restaurar corredores de vida silvestre entre paisajes prioritarios. Esto incluye colaborar con agricultores y ganaderos para implementar prácticas agrícolas libres de deforestación y apoyar a las comunidades indígenas para desarrollar productos forestales no maderables que reduzcan la presión sobre los hábitats degradados y al mismo tiempo creen oportunidades económicas. Y debido a que los jaguares dependen de un laberinto interconectado de vías fluviales para alimentarse y navegar entre sus hábitats principales, la iniciativa Ríos de Flujo Libre de WWF identifica soluciones hidroeléctricas que benefician a las comunidades y al mismo tiempo mantienen la conectividad acuática que los jaguares necesitan.
Asegurar la conectividad funcional también es clave en una región donde los ganaderos a veces matan jaguares en represalia por depredar al ganado. Para reducir el conflicto entre humanos y jaguares, WWF alienta a los ganaderos a adoptar varias medidas que puedan proteger mejor al ganado de los depredadores: instalar cercas eléctricas, ubicar pastizales estratégicamente o cambiar el ganado vacuno por búfalos, que son más capaces de defenderse.
En algunas áreas, WWF ayuda a las comunidades a desarrollar el ecoturismo basado en el jaguar, lo que brinda a la población local otra razón para proteger el hábitat de los grandes felinos. Pero salvaguardar los corredores de jaguares en PACHA es sólo una parte de una estrategia integral a nivel continental, dice Sandra Petrone Mendoza, líder de conservación de jaguares en WWF-México.
"Nuestro objetivo final es tener un corredor de jaguares conectado desde México hasta Argentina", dice. “América Latina no puede darse el lujo de seguir perdiendo nuestros ecosistemas vitales. Los jaguares pueden ayudarnos a defender la recuperación de la naturaleza”.