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Voces del Fuego: Historias desde las Cenizas
Mauricio Tomichá Vaca Diez, presidente de la Organización Territorial de Base (OTB) de Palmarito de la Frontera, mira a su alrededor del área de manejo forestal de su comunidad y ve cenizas donde antes había vida. "No hay palabras para describir lo que hemos vivido", dice con un tono que refleja tristeza.

Palmarito de la Frontera, es una comunidad indígena que ha vivido en armonía con la naturaleza durante generaciones. Para sus habitantes, los bosques no solo proveen recursos, sino que son el corazón de su identidad, su fuerza y su forma de vida.
En 2013, la comunidad tomó una decisión trascendental. Decidieron que su relación con el bosque no podía limitarse solo a vivir de él, sino que debían protegerlo activamente. Fue entonces cuando iniciaron su manejo forestal sostenible, con el objetivo de preservar su entorno para las generaciones futuras. Con el tiempo, y con el apoyo de WWF, lograron certificar su manejo bajo un sistema nacional, lo que abrió nuevas oportunidades para la comunidad. Mostraron al mundo que Palmarito de la Frontera no vivía del bosque, sino para el bosque. "Nos enorgullece saber que nuestras acciones reflejan el compromiso con la conservación", afirma.
Sin embargo, lo que no pudieron prever fue la llegada de un enemigo devastador: el fuego. Las sequías prolongadas trajeron consigo incendios forestales que arrasaron con todo a su paso. Lo que antes era un vibrante bosque verde, lleno de vida, quedó reducido a cenizas. Para Mauricio y su comunidad, fue como perder una parte de sí mismos.
"La verdad que para nosotros es muy doloroso. No encuentro palabras para expresar el sufrimiento que hemos vivido en nuestra comunidad, desde los niños hasta los adultos. Lo más doloroso ha sido ver nuestra naturaleza, nuestra labor de conservación, reducida a cenizas, con los animalitos muertos entre los restos de lo que era nuestro manejo forestal. Lo que antes era un paisaje verde y lleno de vida, ahora es solo destrucción. A pesar de todo, este dolor no nos quita el deseo y la determinación de seguir conservando lo que aún queda” comenta Mauricio.
En 2013, la comunidad tomó una decisión trascendental. Decidieron que su relación con el bosque no podía limitarse solo a vivir de él, sino que debían protegerlo activamente. Fue entonces cuando iniciaron su manejo forestal sostenible, con el objetivo de preservar su entorno para las generaciones futuras. Con el tiempo, y con el apoyo de WWF, lograron certificar su manejo bajo un sistema nacional, lo que abrió nuevas oportunidades para la comunidad. Mostraron al mundo que Palmarito de la Frontera no vivía del bosque, sino para el bosque. "Nos enorgullece saber que nuestras acciones reflejan el compromiso con la conservación", afirma.
Sin embargo, lo que no pudieron prever fue la llegada de un enemigo devastador: el fuego. Las sequías prolongadas trajeron consigo incendios forestales que arrasaron con todo a su paso. Lo que antes era un vibrante bosque verde, lleno de vida, quedó reducido a cenizas. Para Mauricio y su comunidad, fue como perder una parte de sí mismos.
"La verdad que para nosotros es muy doloroso. No encuentro palabras para expresar el sufrimiento que hemos vivido en nuestra comunidad, desde los niños hasta los adultos. Lo más doloroso ha sido ver nuestra naturaleza, nuestra labor de conservación, reducida a cenizas, con los animalitos muertos entre los restos de lo que era nuestro manejo forestal. Lo que antes era un paisaje verde y lleno de vida, ahora es solo destrucción. A pesar de todo, este dolor no nos quita el deseo y la determinación de seguir conservando lo que aún queda” comenta Mauricio.

Pero, a pesar de la devastación, la comunidad no se rinde. Aún con el corazón pesado, Mauricio y la comunidad de Palmarito de la Frontera decidieron que no podían dejar que las llamas les arrebataran su espíritu. Con apoyo de las autoridades y otras organizaciones, han instalado bebederos y están llevando alimento a los animales que han sobrevivido dentro del bosque. "No sabemos cómo han hecho para sobrevivir en estas condiciones tan difíciles, pero estamos aquí para ayudarles. Ellos también forman parte de nuestro hogar", dice Mauricio.

Mauricio ha sido claro en un mensaje que quiere que llegue más allá de su comunidad: "No somos nosotros, los pueblos indígenas, quienes provocamos los incendios. Siempre hemos sido protectores de nuestros bosques". Palmarito de la Frontera se ha caracterizado por sus esfuerzos en la conservación, y hoy más que nunca, esos esfuerzos son esenciales para su supervivencia.
Los retos por delante son enormes. La pérdida de recursos afectará gravemente a la comunidad en los próximos años, las enfermedades y la contaminación que vienen con los incendios son una amenaza constante. Sin embargo, Mauricio y Palmarito de la Frontera están determinados a seguir adelante. Este desastre no cambiará su compromiso con el bosque, ni alterará los planes que han trazado. "Vamos a encontrar una solución".
Mauricio y la comunidad de Palmarito de la Frontera están decididos a reconstruir, con la certeza de que, aunque las llamas destruyeron lo visible, su espíritu permanece intacto.
Voices of Fire: Stories from the Ashes
Mauricio Tomichá Vaca Diez, president of the Base Territorial Organization (OTB) of Palmarito de la Frontera, looks around his community's forest management area and sees ashes where once there was life. “There are no words to describe what we have lived through,” he says with a tone that reflects sadness.

Palmarito de la Frontera is an indigenous community that has lived in harmony with nature for generations. For its inhabitants, the forests not only provide resources, but are the heart of their identity, their strength and their way of life.
In 2013, the community made a momentous decision. They decided that their relationship with the forest could not be limited to just living from it, but that they had to actively protect it. It was then that they began their sustainable forest management, with the goal of preserving their environment for future generations. Over time, and with the support of WWF, they were able to certify their management under a national system, which opened up new opportunities for the community. They showed the world that Palmarito de la Frontera did not live from the forest, but for the forest. “We take pride in knowing that our actions reflect a commitment to conservation,” he says.
What they could not foresee, however, was the arrival of a devastating enemy: fire. Prolonged droughts brought with them wildfires that swept everything in their path. What was once a vibrant green forest, full of life, was reduced to ashes. For Mauricio and his community, it was like losing a part of themselves.
“The truth is that for us it is very painful. I can't find words to express the suffering we have lived through in our community, from the children to the adults. The most painful thing has been to see our nature, our conservation work, reduced to ashes, with dead animals among the remains of what was our forest management. What was once a green landscape full of life is now only destruction. In spite of everything, this pain does not take away our desire and determination to continue conserving what is left,” says Mauricio.

But despite the devastation, the community is not giving up. Even with a heavy heart, Mauricio and the community of Palmarito de la Frontera decided that they could not let the flames take away their spirit.
With support from the authorities and other organizations, they have installed water troughs and are bringing food to the animals that have survived inside the forest. “We don't know how they have managed to survive in these difficult conditions, but we are here to help them. They are part of our home too,” says Mauricio.
With support from the authorities and other organizations, they have installed water troughs and are bringing food to the animals that have survived inside the forest. “We don't know how they have managed to survive in these difficult conditions, but we are here to help them. They are part of our home too,” says Mauricio.

Mauricio has been clear in a message that he wants to reach beyond his community: “It is not us, the indigenous peoples, who cause the fires. We have always been protectors of our forests”. Palmarito de la Frontera has been known for its conservation efforts, and today more than ever, those efforts are essential for its survival.
The challenges ahead are enormous. The loss of resources will severely affect the community in the coming years, and the diseases and pollution that come with fires are a constant threat. However, Mauricio and Palmarito de la Frontera are determined to move forward. This disaster will not change their commitment to the forest, nor will it alter the plans they have laid out. “We are going to find a solution.”
Mauricio and the community of Palmarito de la Frontera are determined to rebuild, certain that although the flames destroyed the visible, their spirit remains intact.