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Tras las huellas del Jaguar

El sistema de monitoreo comunitario proporciona registros de jaguar en áreas de manejo forestal en comunidades indígenas de la Chiquitania boliviana.

"Para colocar una cámara trampa, se requiere atravesar el bosque. No a través de los senderos, ni de los caminos. Se trata de seguir las huellas del jaguar, buscando las fuentes de agua o lugares de descanso, para que así, las imágenes capturen lo formidable de esta especie y también de aquellas otras con las que convive."

El equipo sale temprano en la mañana para aprovechar lo más posible la luz del día. Entre el personal técnico de WWF Bolivia y los miembros de la comunidad, alistan los equipos y los mapas para desplazarse dentro del Plan de Manejo de la comunidad Palmarito de la Frontera, en el Territorio Indígena Monte Verde e ir colocando las cámaras trampa que, permitirán saber cuál es la población de jaguares que existe en este territorio (o tigre, como es conocida comúnmente la especie por los actores locales), al igual que la diversidad de sus potenciales presas.


Fotografía. Instalación de cámaras trampa en la Comunidad Madrecita


Existe expectativa en la comunidad. Después de haber participado del taller en el que no solo conocieron las cámaras trampa, sino que, también fueron capacitados en el uso de esta herramienta tecnológica y fueron informados sobre la importancia de levantar esta información en su territorio, la comunidad se convirtió en un participante activo en el proyecto. Los comunarios apoyaron en el colocado de las cámaras y durante la recolección de las imágenes y así, la comunidad se convirtió en el guardián del sistema de monitoreo instalado. Tras aproximadamente 90 días de funcionamiento de las cámaras trampa, finalmente el equipo técnico recoge el material y se prepara para revisar las los videos y analizar la información.


Fotografía. Taller de capacitación sobre cámaras trampa en la Comunidad Palmarito de la Frontera

El proyecto “Conservación Comunitaria del jaguar” se implementa desde 2022 en 3 comunidades del Territorio Indígena Monte Verde. Busca conocer el estado poblacional del jaguar y sus presas en el territorio e identificar los conflictos que puedan existir entre el ser humano y el felino, para así, promover acciones que fortalezcan la coexistencia. De la misma manera, fortalece los procesos  de gobernanza para la participación y la toma de decisiones  y, contribuye al manejo sostenible de los bosques considerando que, si estos no son protegidos, tanto el hábitat del jaguar, como los medios de vida de las comunidades, estarían en riesgo.

En el marco del primer componente del proyecto, que busca una coexistencia armónica entre los humanos y el jaguar, se realiza el levantamiento de información para identificar la presencia de la especie en las áreas de manejo forestal de las comunidades con las que trabaja el proyecto, lugares donde las familias hacen un aprovechamiento sostenible de los recursos maderables. Para ello, se implementó el sistema de monitoreo comunitario del jaguar, que tiene la particularidad de ser uno de los primeros sistemas de monitoreo del felino que se ha implementado junto con comunidades indígenas en el paisaje Chiquitano.  


Fotografía. Taller de capacitación sobre cámaras trampa en la Comunidad Palmarito de la Frontera

Esta primera experiencia se realizó con la comunidad Palmarito de la Frontera, una de las pocas que cuenta con certificación forestal por el buen manejo que realiza al interior de sus bosques. Los comunarios han sido capacitados en la programación, la instalación, el uso de las trampas cámara y el monitoreo del jaguar y sus presas. Los comunarios conocedores de su área de manejo forestal junto a los técnicos de WWF Bolivia identificaron los sitios adecuados para la instalación por pares de trampas cámara (estaciones). 68 cámaras (34 estaciones) fueron instaladas en una extensión de 10000 hectáreas, con la participación de alrededor de 12 miembros de esta comunidad indígena.


Fotografía. Instalación de cámaras trampa en la comunidad Palmarito de la Frontera

La conservación del jaguar es de vital importancia debido a su papel como “especie paraguas”. Esto significa que su presencia contribuye a la conservación de todo el ecosistema y garantiza la supervivencia de numerosas especies que dependen de su hábitat. En este contexto, el enfoque del proyecto plantea establecer una línea base poblacional del jaguar en el territorio. Para este propósito, el empoderamiento comunitario sobre la base del manejo forestal ofrece un escenario favorable para la protección de la especie y la preservación de su hábitat.
Los resultados son alentadores, la lista de especies identificadas se extiende, encontrando entre ellas el anta (Tapirus terrestris), el taitetú (Pecari tajacu), el jochi (Dasyprocta variegata), la urina (Mazama gouazoubira), el guaso (Mazama americana), el ocelote (Leopardus pardalis), el jaguarundi (Herpailurus yagouaroundi) y por supuesto el jaguar (Panthera onca), quien, conforme a los resultados preliminares, presenta una densidad estimada que coincide con lo esperado para bosques de la región Chiquitana en buen estado de conservación, lo cual puede estar relacionado con el buen manejo que Palmarito de la Frontera hace de sus bosques.

Esta información fue celebrada por la comunidad. Cabe resaltar que, a pesar de que los comunarios viven cerca de los bosques y pueden escuchar el “canto” (rugido) del jaguar a pocos metros, no todos han tenido la experiencia de verlo en persona. Por lo que, las reacciones de cada uno al ver las imágenes o videos de las cámaras trampa son momentos inolvidables. Conocer y reconocer a los ejemplares que conviven en su territorio fue una experiencia única.
 


Lorena Ribero, de 34 años, vive en la comunidad Palmarito de la Frontera desde sus 8 años. “WWF nos ha enseñado a apreciar al tigre, a verlo de otra manera. El animal no ataca a las personas, no es dañino y no hay por qué matarlo. Verlo en el video me permite apreciarlo y ser parte de este proyecto. Me siento emocionada. Aunque a veces uno siente miedo, al verlo en las imágenes siento que hay que cuidarlo, a esta especie y a todos los animales del bosque”, menciona tras ver por primera vez las imágenes de las cámaras trampa.


Fotografía. Lorena Ribera, miembro de la Comunidad Palmarito de la Frontera

Jaime Oronó es profesor en la escuela de la comunidad. “En la comunidad no había esta orientación, esta guía para identificar a las especies y conocerlas más. Solamente las personas que salían a cazar tenían ese contacto con los animales de la zona. Se generó la curiosidad en la comunidad, especialmente en los jóvenes de conocer y observar las especies que existen dentro de nuestro territorio. Gracias a las cámaras que se instalaron logramos conocerlos. Los estudiantes no los conocían, pero ahora han podido verlos en las comunidades. Algo novedoso en la comunidad. Ahora todos sabemos que debemos convivir con la biodiversidad para preservar las especies que existen. No sabemos si de aquí a 20 años, las especies que están en extinción aún serán vistas. Por lo que es importante que ahora los niños y los jóvenes puedan conocerlas y valorarlas”, añade el profesor. 


Fotografía. Jaime Oronó, miembro de la Comunidad Palmarito de la Frontera

Como resultado de esta experiencia, la comunidad, en total consenso, decidió bautizar a los ejemplares de jaguares identificados en su territorio, reconociéndolos y otorgándoles nombres de hombres o mujeres que han desempeñado algún papel importante en la historia de Palmarito de la Frontera. A partir de esto, la comunidad se ha comprometido a proteger al jaguar y asegurar que pueda permanecer en este territorio y actualmente se encuentran en proceso de, a través de una declaratoria comunal, realizar la adopción y el reconocimiento del jaguar como su animal emblema, para que así, el felino sea el estandarte para la conservación de los bosques en el territorio.

“En el marco del proyecto, hemos realizado un estudio para identificar el conflicto. Durante la época seca principalmente, las familias han reportado que el Jaguar se acerca a los potreros y ataca al ganado. Las familias en represalia y para evitar que esto se repita caza al jaguar. No es un problema común ni frecuente, pero existe. Ante esto, WWF implementará junto con la comunidad, medidas anti-depredación para disminuir este conflicto y mejorar la coexistencia entre el humano y la especie”, menciona Marco Aurelio Pinto, técnico de WWF. “Otro paso importante es lograr una declaratoria a nivel municipal de conservación del jaguar, que requiere el apoyo de todas las comunidades”, añade Marco Aurelio. 


Fotografía. Estudiantes de la Comunidad Palmarito de la Frontera