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Our News
Tras las huellas del Jaguar: Una historia de resistencia y conservación en la Chiquitanía
(English below)
Santa Cruz, enero, del 2025.- En 2022, cinco comunidades, en el corazón del Territorio Indígena Monte Verde, se embarcaron en un ambicioso proyecto: Monitorear la población de jaguares en sus áreas de manejo forestal. Con el apoyo de WWF Bolivia y WWF Bélgica, se instalaron cámaras trampa en lo profundo del bosque, alejados de senderos y caminos, siguiendo las huellas del poderoso felino hasta sus lugares de descanso y fuentes de agua. Las comunidades indígenas, que habían recibido capacitación sobre el uso de estas cámaras, se convirtieron en líderes del monitoreo de esta emblemática especie, que es localmente conocida como “tigre”.
La expectativa era alta. En aquel entonces, el equipo técnico de WWF y miembros de las comunidades se reunieron para revisar los videos que habían grabado las cámaras trampa. Lo que encontraron fue alentador, los jaguares estaban allí, junto con una impresionante diversidad de otras especies que compartían su hábitat. Los resultados trajeron alegría a las comunidades. Para muchos fue la primera vez que veían a este majestuoso animal de cerca, aunque su "canto" (rugido) era un sonido familiar en las noches del bosque.
Sin embargo, la euforia se ha visto interrumpida. En estos últimos meses, la región ha sido azotada por incendios forestales sin precedentes. Las áreas de manejo forestal de las comunidades, incluyendo Palmarito de la Frontera y Madrecita, se vieron gravemente afectadas. El fuego afectó miles de hectáreas, alterando no solo el paisaje, sino también el delicado equilibrio del ecosistema que los jaguares y otras especies reconocen como su hogar.

El 13 de agosto, el bosque de la comunidad Madrecita empezó a arder. “Fuimos los primeros en ser afectados. Actualmente, todos nuestros planes de manejo forestal están quemados” relata Basilio Jiménez, Dirigente de la comunidad.
Las llamas llegaron sin aviso, y en poco tiempo, todo el plan de manejo forestal, construido con tanto esfuerzo, se vio gravemente afectado por el fuego. Durante días, el humo cubrió el cielo. Afortunadamente, después de largas jornadas de incertidumbre, la lluvia llegó."Gracias a la lluvia, parece que finalmente estamos libres de la humareda que tanto nos afectó. Agradecemos a Dios, al proyecto, y a la organización que nos brindó su apoyo” resaltó Basilio.
La afectación fue inmensa, pero las comunidades no se han rendido. Con un nuevo sentido de urgencia, y en colaboración con WWF Bolivia, decidieron realizar una vez más el monitoreo de especies. Durante octubre, nuevas cámaras trampa fueron instaladas para evaluar el estado de la fauna y comprobar si los jaguares identificados antes de los incendios siguen en el bosque.
“Tras el fin de una temporada de incendios sin precedentes, que ha afectado gravemente las áreas de manejo forestal en el territorio indígena de Monte Verde, nos encontramos, junto con las autoridades comunales y los miembros de la comunidad, instalando cámaras trampa para iniciar la evaluación de daños. Estamos analizando el impacto que el fuego ha tenido sobre las poblaciones de jaguar y otras especies de fauna. Las cámaras se están colocando en las zonas afectadas, ya que prácticamente, en el caso de Palmarito de la Frontera, toda el área de manejo forestal, compuesta por 10,000 hectáreas, ha sido afectada por el fuego” explicó Marco Aurelio Pinto, Oficial técnico del paisaje Chiquitanía Norte de WWF Bolivia.
Preguntas sobre los jaguares y la fauna como "¿Han sobrevivido?", "¿Podrán estos guardianes del bosque recuperarse del desastre?" no solo inquietan a quienes forman parte del proyecto, sino también a los seguidores en redes sociales. La noticia sobre los jaguares de la Chiquitanía captó la atención de varios medios de comunicación, viralizándose y generando un profundo interés por el destino de los felinos tras los incendios devastadores.
“Para las comunidades y nosotros, este monitoreo es sumamente importante porque estamos conservando tanto al jaguar como a la fauna dentro de su plan de manejo forestal. Por ello, es crucial realizar nuevamente este monitoreo para evaluar qué ha sucedido tras los incendios. Junto con las comunidades, estamos retomando este trabajo, con el objetivo de determinar qué acciones adicionales podemos implementar en el futuro, especialmente en relación con la restauración del bosque” manifestó Tomas Cuasace, Oficial de campo de WWF –Bolivia.

Actualmente, mientras las cicatrices de los incendios aún marcan el paisaje, las comunidades continúan trabajando para asegurar la coexistencia entre humanos y jaguares, con la esperanza de que, en el futuro, tanto los jaguares como sus bosques puedan prosperar una vez más.
“Hoy en día, estamos tan comprometidos con la conservación, que hemos dado nombres a los jaguares, o tigres como los llamamos localmente, en honor a personas que han hecho contribuciones significativas a nuestra comunidad. En este momento, lo que estamos haciendo es evaluar el impacto de los incendios forestales y comprobar si estos animales han sobrevivido en nuestras áreas de manejo. Queremos asegurarnos de que no les haya pasado nada” expresó Mauricio Tomichá, presidente de la Organización Territorial de Base (OTB) de Palmarito de la Frontera.
Hoy, las comunidades esperan con ansias ver lo que las cámaras revelarán, confiando en que los jaguares sigan caminando entre ellos, como un recordatorio de que, a pesar de la adversidad, la vida continúa en el corazón del bosque que tanto aman. Con mucho orgullo, Basilio declaró: “En Madrecita, hemos declarado al jaguar como nuestro animal emblema, lo cual es muy importante para nosotros como comunidad, porque son criaturas que aún habitan en nuestros bosques”.
Resultados que generan esperanza
El monitoreo ha confirmado la presencia de jaguares en Madrecita y Palmarito, junto a una asombrosa diversidad de mamíferos como pumas, ocelotes, antas, taitetús, jochi caluchas, zorros y guasos. A pesar del impacto devastador de la reciente temporada de incendios, estos registros nos envían un poderoso mensaje: la vida persiste. El bosque y su fauna están dando muestras de su extraordinaria capacidad de resiliencia, luchando por recuperarse y recordándonos que, con esfuerzos de conservación, aún es posible devolverle al ecosistema su vitalidad.


Los bosques y los jaguares son parte esencial de la identidad de las comunidades de la Chiquitanía. Estos bosques no solo albergan una rica variedad de vida silvestre, sino que representan el legado cultural y natural de sus habitantes. El jaguar o "tigre" , es un símbolo de fuerza y conexión con la naturaleza en la región. Es fundamental redoblar los esfuerzos en la prevención de incendios forestales. Solo a través de acciones concretas y colaborativas podremos evitar nuevas tragedias y garantizar que el equilibrio entre las comunidades, la biodiversidad y el entorno natural.
“Para nosotros, estos jaguares son parte de nuestra comunidad, y estamos decididos a seguir conservándolos, junto con nuestros bosques, no solo para el beneficio de nuestra gente, sino también para el mundo entero. Queremos demostrar que la conservación no es algo exclusivo de nuestra comunidad; se puede hacer en cualquier lugar, siempre y cuando exista la voluntad y el compromiso de hacerlo” complementó Mauricio.
Después de los devastadores incendios forestales que arrasaron con los planes de manejo forestal de las comunidades y afectaron gravemente a la biodiversidad, las comunidades se enfrentan a un nuevo reto: levantarse de las cenizas. Aunque el daño es profundo, la esperanza persiste, y WWF-Bolivia, mantiene más que nunca el compromiso de proteger los medios de vida y la vida silvestre. Este es un momento para restaurar, para demostrar que, como los jaguares, podemos volver a caminar por el territorio con la fortaleza necesaria para preservar lo que queda y asegurarnos de que la naturaleza prospere más fuerte que antes.
--
Santa Cruz, enero, del 2025.- In 2022, five communities in the heart of the Monte Verde Indigenous Territory embarked on an ambitious project: monitoring the jaguar population in their forest management areas. With the support of WWF Bolivia and WWF Belgium, camera traps were installed deep in the forest, away from trails and roads, following the tracks of the mighty feline to its resting places and water sources. The indigenous communities, who had received training on the use of these cameras, became leaders in monitoring this emblematic species, which is locally known as “tigre”.
Expectations were high. At that time, WWF's technical team and members of the communities gathered to review the videos recorded by the camera traps. What they found was encouraging, the jaguars were there, along with an impressive diversity of other species sharing their habitat. The results brought joy to the communities. For many it was the first time they had seen this majestic animal up close, although its “song” (roar) was a familiar sound in the forest nights.
However, the euphoria was interrupted. In recent months, the region has been hit by unprecedented forest fires. The forest management areas of the communities, including Palmarito de la Frontera and Madrecita, were severely affected. The fires affected thousands of hectares, altering not only the landscape, but also the delicate balance of the ecosystem that jaguars and other species recognize as their home.

On August 13, the Madrecita community forest began to burn. “We were the first to be affected. Currently, all of our forest management plans are burned” says Basilio Jiménez, community leader.
The flames came without warning, and in a short time, the entire forest management plan, built with so much effort, was severely affected by the fire. For days, smoke covered the sky. Fortunately, after long days of uncertainty, the rain arrived. “Thanks to the rain, it seems that we are finally free of the smoke that affected us so much. We are grateful to God, to the project, and to the organization that gave us their support,” said Basilio.
The impact was immense, but the communities have not given up. With a new sense of urgency, and in collaboration with WWF Bolivia, they decided to once again conduct species monitoring. During October, new camera traps were installed to evaluate the status of the fauna and check if the jaguars identified before the fires are still in the forest.
“Following the end of an unprecedented fire season, which has severely affected forest management areas in the indigenous territory of Monte Verde, we are, together with community authorities and community members, installing camera traps to begin damage assessment. We are analyzing the impact that the fire has had on jaguar populations and other wildlife species. The cameras are being placed in the affected areas, since in the case of Palmarito de la Frontera, practically the entire forest management area, comprising 10,000 hectares, has been affected by the fire,” explained Marco Aurelio Pinto, Technical Officer for the Chiquitanía Norte landscape of WWF Bolivia.
Questions about the jaguars and the fauna such as “Have they survived?”, “Will these guardians of the forest be able to recover from the disaster?” not only worry those who are part of the project, but also followers on social networks. The news about the jaguars of the Chiquitanía captured the attention of several media outlets, going viral and generating deep interest in the fate of the felines after the devastating fires.
“For the communities and us, this monitoring is extremely important because we are conserving both the jaguar and the fauna within their forest management plan. Therefore, it is crucial to carry out this monitoring again to evaluate what has happened after the fires. Together with the communities, we are resuming this work, with the objective of determining what additional actions we can implement in the future, especially in relation to forest restoration,” said Tomas Cuasace, WWF-Bolivia Field Officer.

Today, while the scars of the fires still scar the landscape, communities continue to work to ensure coexistence between humans and jaguars, in the hope that, in the future, both jaguars and their forests can thrive once again.
“Today, we are so committed to conservation that we have named the jaguars, or tigers as we call them locally, after people who have made significant contributions to our community. Right now, what we are doing is assessing the impact of the forest fires and checking to see if these animals have survived in our management areas. We want to make sure that nothing has happened to them,” said Mauricio Tomichá, president of the Grassroots Territorial Organization (OTB) of Palmarito de la Frontera.
Today, the communities look forward to seeing what the cameras will reveal, trusting that the jaguars will continue to walk among them as a reminder that, despite adversity, life continues in the heart of the forest they love so much. With great pride, Basilio stated, “In Madrecita, we have declared the jaguar as our emblem animal, which is very important to us as a community, because they are creatures that still inhabit our forests.”
Results that give hope
Monitoring has confirmed the presence of jaguars in Madrecita and Palmarito, along with an amazing diversity of mammals such as pumas, ocelots, antas, taitetús, jochi caluchas, foxes and guasos. Despite the devastating impact of the recent fire season, these records send a powerful message: life persists. The forest and its fauna are showing their extraordinary resilience, struggling to recover and reminding us that, with conservation efforts, it is still possible to restore the ecosystem to its vitality.


Forests and jaguars are an essential part of the identity of the communities of Chiquitanía. These forests are not only home to a rich variety of wildlife, but also represent the cultural and natural legacy of its inhabitants. The jaguar or “tiger” is a symbol of strength and connection with nature in the region. It is essential to redouble efforts to prevent forest fires. Only through concrete and collaborative actions can we avoid new tragedies and ensure the balance between communities, biodiversity and the natural environment.
“For us, these jaguars are part of our community, and we are determined to continue conserving them, along with our forests, not only for the benefit of our people, but also for the whole world. We want to demonstrate that conservation is not something exclusive to our community; it can be done anywhere, as long as there is the will and commitment to do it” complemented Mauricio.
After the devastating forest fires that wiped out community forest management plans and severely affected biodiversity, communities face a new challenge: rising from the ashes. Although the damage is profound, hope persists, and WWF-Bolivia, more than ever, remains committed to protecting livelihoods and wildlife. This is a time to restore, to demonstrate that, like the jaguars, we can once again walk the land with the fortitude to preserve what remains and ensure that nature thrives stronger than before.
Santa Cruz, enero, del 2025.- En 2022, cinco comunidades, en el corazón del Territorio Indígena Monte Verde, se embarcaron en un ambicioso proyecto: Monitorear la población de jaguares en sus áreas de manejo forestal. Con el apoyo de WWF Bolivia y WWF Bélgica, se instalaron cámaras trampa en lo profundo del bosque, alejados de senderos y caminos, siguiendo las huellas del poderoso felino hasta sus lugares de descanso y fuentes de agua. Las comunidades indígenas, que habían recibido capacitación sobre el uso de estas cámaras, se convirtieron en líderes del monitoreo de esta emblemática especie, que es localmente conocida como “tigre”.
La expectativa era alta. En aquel entonces, el equipo técnico de WWF y miembros de las comunidades se reunieron para revisar los videos que habían grabado las cámaras trampa. Lo que encontraron fue alentador, los jaguares estaban allí, junto con una impresionante diversidad de otras especies que compartían su hábitat. Los resultados trajeron alegría a las comunidades. Para muchos fue la primera vez que veían a este majestuoso animal de cerca, aunque su "canto" (rugido) era un sonido familiar en las noches del bosque.
Sin embargo, la euforia se ha visto interrumpida. En estos últimos meses, la región ha sido azotada por incendios forestales sin precedentes. Las áreas de manejo forestal de las comunidades, incluyendo Palmarito de la Frontera y Madrecita, se vieron gravemente afectadas. El fuego afectó miles de hectáreas, alterando no solo el paisaje, sino también el delicado equilibrio del ecosistema que los jaguares y otras especies reconocen como su hogar.

El 13 de agosto, el bosque de la comunidad Madrecita empezó a arder. “Fuimos los primeros en ser afectados. Actualmente, todos nuestros planes de manejo forestal están quemados” relata Basilio Jiménez, Dirigente de la comunidad.
Las llamas llegaron sin aviso, y en poco tiempo, todo el plan de manejo forestal, construido con tanto esfuerzo, se vio gravemente afectado por el fuego. Durante días, el humo cubrió el cielo. Afortunadamente, después de largas jornadas de incertidumbre, la lluvia llegó."Gracias a la lluvia, parece que finalmente estamos libres de la humareda que tanto nos afectó. Agradecemos a Dios, al proyecto, y a la organización que nos brindó su apoyo” resaltó Basilio.
La afectación fue inmensa, pero las comunidades no se han rendido. Con un nuevo sentido de urgencia, y en colaboración con WWF Bolivia, decidieron realizar una vez más el monitoreo de especies. Durante octubre, nuevas cámaras trampa fueron instaladas para evaluar el estado de la fauna y comprobar si los jaguares identificados antes de los incendios siguen en el bosque.
“Tras el fin de una temporada de incendios sin precedentes, que ha afectado gravemente las áreas de manejo forestal en el territorio indígena de Monte Verde, nos encontramos, junto con las autoridades comunales y los miembros de la comunidad, instalando cámaras trampa para iniciar la evaluación de daños. Estamos analizando el impacto que el fuego ha tenido sobre las poblaciones de jaguar y otras especies de fauna. Las cámaras se están colocando en las zonas afectadas, ya que prácticamente, en el caso de Palmarito de la Frontera, toda el área de manejo forestal, compuesta por 10,000 hectáreas, ha sido afectada por el fuego” explicó Marco Aurelio Pinto, Oficial técnico del paisaje Chiquitanía Norte de WWF Bolivia.
Preguntas sobre los jaguares y la fauna como "¿Han sobrevivido?", "¿Podrán estos guardianes del bosque recuperarse del desastre?" no solo inquietan a quienes forman parte del proyecto, sino también a los seguidores en redes sociales. La noticia sobre los jaguares de la Chiquitanía captó la atención de varios medios de comunicación, viralizándose y generando un profundo interés por el destino de los felinos tras los incendios devastadores.
“Para las comunidades y nosotros, este monitoreo es sumamente importante porque estamos conservando tanto al jaguar como a la fauna dentro de su plan de manejo forestal. Por ello, es crucial realizar nuevamente este monitoreo para evaluar qué ha sucedido tras los incendios. Junto con las comunidades, estamos retomando este trabajo, con el objetivo de determinar qué acciones adicionales podemos implementar en el futuro, especialmente en relación con la restauración del bosque” manifestó Tomas Cuasace, Oficial de campo de WWF –Bolivia.

Actualmente, mientras las cicatrices de los incendios aún marcan el paisaje, las comunidades continúan trabajando para asegurar la coexistencia entre humanos y jaguares, con la esperanza de que, en el futuro, tanto los jaguares como sus bosques puedan prosperar una vez más.
“Hoy en día, estamos tan comprometidos con la conservación, que hemos dado nombres a los jaguares, o tigres como los llamamos localmente, en honor a personas que han hecho contribuciones significativas a nuestra comunidad. En este momento, lo que estamos haciendo es evaluar el impacto de los incendios forestales y comprobar si estos animales han sobrevivido en nuestras áreas de manejo. Queremos asegurarnos de que no les haya pasado nada” expresó Mauricio Tomichá, presidente de la Organización Territorial de Base (OTB) de Palmarito de la Frontera.
Hoy, las comunidades esperan con ansias ver lo que las cámaras revelarán, confiando en que los jaguares sigan caminando entre ellos, como un recordatorio de que, a pesar de la adversidad, la vida continúa en el corazón del bosque que tanto aman. Con mucho orgullo, Basilio declaró: “En Madrecita, hemos declarado al jaguar como nuestro animal emblema, lo cual es muy importante para nosotros como comunidad, porque son criaturas que aún habitan en nuestros bosques”.
Resultados que generan esperanza
El monitoreo ha confirmado la presencia de jaguares en Madrecita y Palmarito, junto a una asombrosa diversidad de mamíferos como pumas, ocelotes, antas, taitetús, jochi caluchas, zorros y guasos. A pesar del impacto devastador de la reciente temporada de incendios, estos registros nos envían un poderoso mensaje: la vida persiste. El bosque y su fauna están dando muestras de su extraordinaria capacidad de resiliencia, luchando por recuperarse y recordándonos que, con esfuerzos de conservación, aún es posible devolverle al ecosistema su vitalidad.


Los bosques y los jaguares son parte esencial de la identidad de las comunidades de la Chiquitanía. Estos bosques no solo albergan una rica variedad de vida silvestre, sino que representan el legado cultural y natural de sus habitantes. El jaguar o "tigre" , es un símbolo de fuerza y conexión con la naturaleza en la región. Es fundamental redoblar los esfuerzos en la prevención de incendios forestales. Solo a través de acciones concretas y colaborativas podremos evitar nuevas tragedias y garantizar que el equilibrio entre las comunidades, la biodiversidad y el entorno natural.
“Para nosotros, estos jaguares son parte de nuestra comunidad, y estamos decididos a seguir conservándolos, junto con nuestros bosques, no solo para el beneficio de nuestra gente, sino también para el mundo entero. Queremos demostrar que la conservación no es algo exclusivo de nuestra comunidad; se puede hacer en cualquier lugar, siempre y cuando exista la voluntad y el compromiso de hacerlo” complementó Mauricio.
Después de los devastadores incendios forestales que arrasaron con los planes de manejo forestal de las comunidades y afectaron gravemente a la biodiversidad, las comunidades se enfrentan a un nuevo reto: levantarse de las cenizas. Aunque el daño es profundo, la esperanza persiste, y WWF-Bolivia, mantiene más que nunca el compromiso de proteger los medios de vida y la vida silvestre. Este es un momento para restaurar, para demostrar que, como los jaguares, podemos volver a caminar por el territorio con la fortaleza necesaria para preservar lo que queda y asegurarnos de que la naturaleza prospere más fuerte que antes.
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Santa Cruz, enero, del 2025.- In 2022, five communities in the heart of the Monte Verde Indigenous Territory embarked on an ambitious project: monitoring the jaguar population in their forest management areas. With the support of WWF Bolivia and WWF Belgium, camera traps were installed deep in the forest, away from trails and roads, following the tracks of the mighty feline to its resting places and water sources. The indigenous communities, who had received training on the use of these cameras, became leaders in monitoring this emblematic species, which is locally known as “tigre”.
Expectations were high. At that time, WWF's technical team and members of the communities gathered to review the videos recorded by the camera traps. What they found was encouraging, the jaguars were there, along with an impressive diversity of other species sharing their habitat. The results brought joy to the communities. For many it was the first time they had seen this majestic animal up close, although its “song” (roar) was a familiar sound in the forest nights.
However, the euphoria was interrupted. In recent months, the region has been hit by unprecedented forest fires. The forest management areas of the communities, including Palmarito de la Frontera and Madrecita, were severely affected. The fires affected thousands of hectares, altering not only the landscape, but also the delicate balance of the ecosystem that jaguars and other species recognize as their home.

On August 13, the Madrecita community forest began to burn. “We were the first to be affected. Currently, all of our forest management plans are burned” says Basilio Jiménez, community leader.
The flames came without warning, and in a short time, the entire forest management plan, built with so much effort, was severely affected by the fire. For days, smoke covered the sky. Fortunately, after long days of uncertainty, the rain arrived. “Thanks to the rain, it seems that we are finally free of the smoke that affected us so much. We are grateful to God, to the project, and to the organization that gave us their support,” said Basilio.
The impact was immense, but the communities have not given up. With a new sense of urgency, and in collaboration with WWF Bolivia, they decided to once again conduct species monitoring. During October, new camera traps were installed to evaluate the status of the fauna and check if the jaguars identified before the fires are still in the forest.
“Following the end of an unprecedented fire season, which has severely affected forest management areas in the indigenous territory of Monte Verde, we are, together with community authorities and community members, installing camera traps to begin damage assessment. We are analyzing the impact that the fire has had on jaguar populations and other wildlife species. The cameras are being placed in the affected areas, since in the case of Palmarito de la Frontera, practically the entire forest management area, comprising 10,000 hectares, has been affected by the fire,” explained Marco Aurelio Pinto, Technical Officer for the Chiquitanía Norte landscape of WWF Bolivia.
Questions about the jaguars and the fauna such as “Have they survived?”, “Will these guardians of the forest be able to recover from the disaster?” not only worry those who are part of the project, but also followers on social networks. The news about the jaguars of the Chiquitanía captured the attention of several media outlets, going viral and generating deep interest in the fate of the felines after the devastating fires.
“For the communities and us, this monitoring is extremely important because we are conserving both the jaguar and the fauna within their forest management plan. Therefore, it is crucial to carry out this monitoring again to evaluate what has happened after the fires. Together with the communities, we are resuming this work, with the objective of determining what additional actions we can implement in the future, especially in relation to forest restoration,” said Tomas Cuasace, WWF-Bolivia Field Officer.

Today, while the scars of the fires still scar the landscape, communities continue to work to ensure coexistence between humans and jaguars, in the hope that, in the future, both jaguars and their forests can thrive once again.
“Today, we are so committed to conservation that we have named the jaguars, or tigers as we call them locally, after people who have made significant contributions to our community. Right now, what we are doing is assessing the impact of the forest fires and checking to see if these animals have survived in our management areas. We want to make sure that nothing has happened to them,” said Mauricio Tomichá, president of the Grassroots Territorial Organization (OTB) of Palmarito de la Frontera.
Today, the communities look forward to seeing what the cameras will reveal, trusting that the jaguars will continue to walk among them as a reminder that, despite adversity, life continues in the heart of the forest they love so much. With great pride, Basilio stated, “In Madrecita, we have declared the jaguar as our emblem animal, which is very important to us as a community, because they are creatures that still inhabit our forests.”
Results that give hope
Monitoring has confirmed the presence of jaguars in Madrecita and Palmarito, along with an amazing diversity of mammals such as pumas, ocelots, antas, taitetús, jochi caluchas, foxes and guasos. Despite the devastating impact of the recent fire season, these records send a powerful message: life persists. The forest and its fauna are showing their extraordinary resilience, struggling to recover and reminding us that, with conservation efforts, it is still possible to restore the ecosystem to its vitality.


Forests and jaguars are an essential part of the identity of the communities of Chiquitanía. These forests are not only home to a rich variety of wildlife, but also represent the cultural and natural legacy of its inhabitants. The jaguar or “tiger” is a symbol of strength and connection with nature in the region. It is essential to redouble efforts to prevent forest fires. Only through concrete and collaborative actions can we avoid new tragedies and ensure the balance between communities, biodiversity and the natural environment.
“For us, these jaguars are part of our community, and we are determined to continue conserving them, along with our forests, not only for the benefit of our people, but also for the whole world. We want to demonstrate that conservation is not something exclusive to our community; it can be done anywhere, as long as there is the will and commitment to do it” complemented Mauricio.
After the devastating forest fires that wiped out community forest management plans and severely affected biodiversity, communities face a new challenge: rising from the ashes. Although the damage is profound, hope persists, and WWF-Bolivia, more than ever, remains committed to protecting livelihoods and wildlife. This is a time to restore, to demonstrate that, like the jaguars, we can once again walk the land with the fortitude to preserve what remains and ensure that nature thrives stronger than before.

© AHerrera/WWF Bolivia
Instalación de cámaras trampa en Monte Verde